Tengo 35 años , me llamo C.
Con 17 años me dio un brote psicótico , fui mi primer ingreso en una planta de psiquiatría , recuerdo más bien poco, pues estuve muy medicada, fue en el Hospital de Guadalajara en Castilla la Mancha .
A los 18 años volví a tener otro brote psicótico, esta vez me ingresaron en el Hospital Ramón y Cajal (Madrid) aquí fue la primera vez que me pusieron contenciones mecánicas.
Mi mayor miedo era la noche, no podía dormir , yo suplicaba a los sanitarios que por favor no podía dormir pues me daba miedo la habitación, el lugar en el que me encontraba,
y que me dejaran quedarme en una silla cerca de ellos en control de enfermería, pero eso no pudo ser y me llevaron mi cama a la sala donde hacía la función de comedor, cerca de ellos, pero yo no paraba de levantarme e ir cerca de ellos, pues mi miedo era atroz por encontrarme allí, entonces fue cuando me pusieron las contenciones mecánicas, me ataron de cintura y de pies, no me creía lo que me estaba pasando ¿que era un castigo por tener miedo?, no lo entendía, empecé a chillar, a gritar fuerte, a pelearme con las sujeciones, y al rato vinieron y me dijeron que si paraba de gritar me lo aflojaban, …
Mis ojos se están llenando de lagrimas al recordar esa escena de 0 empatía y comprensión, por parte de enfermeras, auxiliares y celadores.
Tuve muchas noches de pesadillas recordando esa noche, en la que solo veía una luz rojiza, que era la luz de emergencia que había en esa sala donde estuve hasta la mañana siguiente atada mientras el personal sanitario dormía en la sala contigua.
Tuve otro ingreso con 24 años, fue en el Ramón y Cajal, pero solo estuve una semana.
El año pasado en verano justo recién cumplidos los 34 años, me dio un brote psicótico, esta vez fui al Hospital Clínico de Madrid, yo esperaba encontrar a mi psiquiatra allí, pues necesitaba verle tengo plena confianza en él, necesitaba contarle que llevaba días sin dormir, que mi cabeza iba acelerada, pero estaba de vacaciones, estuve toda la noche en urgencias, intente escaparme, estaba muy mal, necesitaba hablar con alguien que me tranquilizara que me diría que no estaba sola , y que me iba poner bien, me ataron a una camilla y pase toda la noche allí, gritaba mas y mas, por estar atada (de cintura solo) no me daban agua y tampoco podía ir al baño a orinar, estaba saturado esa noche urgencias, delante mío, en una camilla había una chica, era asiática, también estaba atada , pero ella de pies y manos aparte de la cintura, no paraba quieta y tiraba de todo el cuerpo luchando contra esa inmovilización, al cabo de unas horas, se acercaron a ella enfermeras o técnicos, la sabana que cubría a esta chica tenía sangre.
Yo entonces deje de gritar , me sentía fatal por ella, permanecí en mi camilla inmóvil, mientras observaba como la curaban, …
Después de pasar una noche y parte de la mañana en urgencias, me subieron a la planta de psiquiatría, se que era una paciente rebelde muy rebelde, pues no podía creer lo que percibía, por parte del personal sanitario que estaba allí en la planta, en el día a día con nosotros, en especial los celadores del turno de la noche, algunos personas sin escrúpulos, junto con algunas enfermera sin un ápice de paciencia y empatía.
Estando ingresada en el Clínico, HE ESTADO BASTANTES NOCHES CON CONTENCIONES, mi problema es que no podía dormir, me daba miedo quedarme dormida, no conseguía dormir pues mis pensamientos se mezclaban e iban a toda velocidad, no percibí ningún » tranquila » no estás sola te vamos ayudar,! NO!, solo recibí la orden de que tenía que estar en mi cama, fueron varias noches con contenciones, recuerdo la primera , me sujetaron entre tres o cuatro y en volandas me tumbaron en la cama, todo muy agresivamente, allí me ataron de pies, manos y cintura a la cama, y una vez ya en la cama, me llevaron a un despacho, donde me dejaron toda la noche a oscuras y con la puerta cerrada, sin darme agua, me pusieron un pañal, para que no me orinara en la cama, todavía recuerdo esa sensación de ser alguien insignificante, que no tiene derecho ni hacer sus necesidades en un WC, tuve infección de orina, pues estuve con el pañal toda la noche , … NO ENTRO NADIE EN TODA LA NOCHE A PREGUNTARME COMO ESTABA O SI NECESITABA ALGO, ME DEJE LA GARGANTA GRITANDO, mientras el personal de noche dormía a pata ancha…
Hasta tres veces recuerdo haber estado atada en este ingreso, fue horrible, …
Bajo mi experiencia es un trauma que nunca olvidare, que se te queda dentro de tu cuerpo, como si lo llevases grabado en tu mente, en tu cuerpo… es un gran dolor, que se me aparece infinitas veces como un flash en mi cabeza, me pregunto porque yo, hasta me digo soy un animal para que me aten a una cama, no soy persona acaso, que merezco ese trato, porque tengo una enfermedad mental, en la que sufro porque ni yo misma me entiendo cuando tengo una recaída, y se instaura en mi una mezcla de miedos, sufrimiento y dolor .
Estuve dos meses ingresada, vi injusticias tremendas allí dentro, ….
No hace falta cadenas ficticias pero que son reales en las plantas de psiquiatría, sino mas empatía, paciencia y comprensión.
Las personas que sufrimos una enfermedad mental, también sentimos, tenemos un corazón , un alma y una memoria, que tras una contención mecánica, te hace sentirte, menos persona y quererse nada a uno mismo, te deja como un ser diminuto e insignificante.
ACABEMOS CON LAS CONTENCIONES MECANICAS , nos podrán atar de manos, pies y cintura a una cama de hospital , PERO NO NOS PUEDEN CALLAR ANTE ESTA INJUSTICIA,
QUE SON LAS CADENAS FICTICIAS DE LOS PSIQUIATRICOS, BASTA YA …