He sufrido contenciones mecánicas 2 veces a lo largo de mi enfermedad mental, el último ha sido hace poco en Torribera, Santa Coloma, el pasado mes de junio he presentado una queja al hospital, fue como una pesadilla, por suerte poco tiempo 1 hora y media, y solo porque me negué a entrar cuando mi marido fue a verme ya que el ingreso lo firmé como voluntario pero era involuntario. Me agarraron los vigilantes del recinto por los brazos y las enfermeras les ayudaron a meterme a la fuerza al hospital en contra de mi voluntad.
La primera vez fue en un hospital privado, hace muchos años, me tuvieron toda una noche, por negarme a tomar una medicación que no estaba conforme. Espero que mi testimonio sirva para que no se repitan estas acciones.